sábado, 14 de marzo de 2009

El reencuentro

Habían pasado cuatro años sin saber de él, ella solía recordarlo sonriendo siempre y eso era un premio, pero, ese abrazo que se dieron en su reencuentro fue el mejor premio por toda la inmensa espera.
Cuando ella lo conoció era sólo una niña, pequeña y para nada vanidosa; ahora era toda una señorita, hermosa, con una suave voz y un dulce actuar; su mirada se había apaciguado con los años. Sintió su corazón estremecer cuando le vio, ella aún lo idealizaba, aún lo veía tan perfecto como antes, su inmensa sonrisa la hizo saber todo el cariño que él le guardaba, sus ojos brillaron mientras le habló; era la emoción de el reencuentro.
Ella no olvidará sus palabras de aliento, sus chistes, su mirada y el calor de sus brazos cuando la rodeo por completo. El reencuentro fue sorpresivo, era antes del mediodía, el clima era perfecto en pleno verano, su caminar era feliz; repentinamente escuchó su nombre y dio media vuelta, lo vio acercarse hacia ella, no pudo contener la emoción en ese abrazo, quiso dejar ir algunas lagrimas que a pesar de la confianza, encarceló, en ese abrazo hablaron sin comprender mucho bajo el brillante sol que bañaba sus castaños cabellos que revoloteaban con la brisa de Diciembre.

¿Como estás? -preguntó el-
Bien, ¿qué hay de ti?, tanto tiempo -respondió-
Demasiado, años, estás tan grande

ella rió y le dijo que por fin había crecido, ambos rieron en ese abrazo infinito, dulce y lleno de tantas esperanzas, luego de conversar acerca de los estudios él le pidió que se alejaran de la gente, debía decirle algo, sin pensarlo ella caminó junto a él un poco extrañada.

No me temas -bromeó él-
Ella simplemente rió, haciéndolo reír a él también. Lo miró a los ojos, brillantes e inundados por la alegría, tal como ella los recordaba en su niñez cuando solían bromear, ahora la piel de su alrededor no era del todo tersa, pero él seguía siendo bello. Su voz seguía siendo tan jovial como antes, tan amable, y el seguía tan sencillo como siempre, como ella lo quería.

Hablaron sobre sus vidas cortamente para ponerse al día, ella no recuerda exactamente todo lo que dijo ya que se perdió una vez mas en él, como siempre; Su corazón se llenó de emociones en la despedida, no pudo evitar quedar embobada una vez mas, él la abrazó una vez más, besó su rostro y se marchó sonriente y complacido; al volverse ella ya no lo vio, ya no estaba, había desaparecido una vez más de su vida y con el se había ido su corazón también, sus sueños de amarlo y de decirle todo lo que lo había esperado, cuanto lo admiraba, cuanto lo quería y cuanto hubiese querido que el estuviese a su lado sin importar lo que dijesen los demás; pero es claro, si bien él la adoraba la veía aún como una hermana pequeña y no como la señorita que ella esperaba parecerle.

No hay comentarios: